Este post se publicó originalmente en 2016 en Lillypad.es.
Cuando nos preguntan el origen de nuestro afán por la búsqueda de nuevos medicamentos que mejoren la vida de las personas, nosotros nos remitimos al Coronel Eli Lilly, fundador de la compañía y principal impulsor de nuestra particular forma de trabajar. Su legado se traduce en la especial integración de las prácticas propias del RSE en todas las áreas de negocio.
Eli Lilly se enfrentaba a varios retos personales en el momento de fundar la empresa. Tras finalizar su servicio militar en el ejército de los EE.UU., disponía de pocos ingresos y de una gran responsabilidad, la de cuidar de su único hijo en soledad tras la muerte de su esposa debido a una malaria.
Supo sortear todos estos obstáculos y en 1876 fundó la que hoy en día es una de las farmacéuticas más importantes del mundo. En una época en la que la medicina era un compendio de tratamientos ineficaces y realizados en condiciones pésimas, Eli Lilly se esforzó en la creación de medicamentos de la más alta calidad, consultando a químicos, médicos y otros expertos relacionados con la medicina, algo inédito en su época.
Durante este viaje, se inculcaron los valores que hoy en día son pilares básicos de la compañía y que se han mantenido intactos hasta el día de hoy: integridad, excelencia y respeto a todas las personas. Por ello, Lilly no cesó en su determinación de crecer para incluir la investigación en su labor diaria, descubriendo nuevos tratamientos que mantenían los más altos estándares de calidad.
Aunque el paso del tiempo ha traído nuevos desafíos, nuestra filosofía, el corazón de Lilly, se mantiene intacta. No importa lo desalentadora que una enfermedad sea, nos esforzamos en mejorar su tratamiento y comprensión por parte de la sociedad con el único objetivo de mejorar las condiciones de vida de quien la padece. Por ello trabajamos en todas las fases de este objetivo, desde la investigación inicial, pasando por la fabricación de medicamentos de la más alta calidad, hasta la mejora de su acceso por parte del paciente y nuestra implicación en sus comunidades.
El nombre de Lilly lleva consigo una promesa hecha por nuestro fundador, la de poner nuestros valores en todo lo que hacemos, la de dedicar nuestra compañía al descubrimiento y el cuidado, la de convertir en algo mejor la vida de las personas de todo el mundo.