Recomendaciones para las náuseas y vómitos

Las náuseas y los vómitos, suelen ser efectos secundarios frecuentes de determinados tratamientos.

Su frecuencia de aparición e intensidad dependen de los fármacos que se utilicen, de la dosis administrada, del esquema de tratamiento y de la susceptibilidad individual. Las náuseas y los vómitos pueden aparecer pronto (una o dos horas después de la administración) o tarde (24 horas después del ciclo). Generalmente desaparecen tras uno o dos días. Será el médico quien indique como actuar en cada caso particular.

Algunas recomendaciones generales a tener en cuenta son:

• Si existe malestar o náuseas no hay que obligarse a comer. Se recomienda respirar profundamente y lentamente y esperar que disminuya el malestar antes de comer nada.

• Utilizar prendas de ropa cómodas y evitar prendas de vestir ajustadas.

• Durante la comida puede ser útil dejar la ventana abierta para que entre aire fresco o utilizar un ventilador, para reducir los olores y favorecer la sensación de frescor.

• Evitar tumbarse inmediatamente después de las comidas. Lo mejor es estar sentado o recostado con la sección superior del cuerpo recta hasta una hora después de las comidas.

• Si se vomita, hay que lavarse los dientes y/o aclararse la boca después.

• Después de vomitar (aproximadamente 30 minutos después) hay que tomar pequeños tragos de líquidos (las bebidas carbonatadas o con gas son una buena opción).

• Es importante asegurar una buena hidratación durante todo el día, y más durante los días en que los vómitos son frecuentes. Los helados de hielo, granizados de pera y menta, polos de kiwi o manzana y las gelatinas de jengibre y menta, pueden ser una buena opción para ayudar a hidratarse.

• En algunas ocasiones las bebidas gaseosas pueden disminuir la sensación de náuseas. Por ejemplo, el agua con gas o bebidas de cola.

• Es preferible no beber durante las comidas, ya que se favorece la sensación de saciedad o hinchazón.

• Si los vómitos son continuos, hay que ponerse en contacto con el médico o personal de enfermería de referencia, para evitar una posible deshidratación.

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